RETO 3: PROYECTO ODS
Hola a todas,
Para el reto de esta semana, y en línea con el de la semana anterior, voy a comentar el Ingreso Mínimo Vital, ya que se trata del proyecto estrella de mi ámbito de acción, el Instituto Nacional de la Seguridad Social - adscrito al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones-, que responde directamente a la iniciativa del Gobierno para "no dejar a nadie atrás".
Muchas de las barreras a las que se enfrentan las personas para acceder a servicios y oportunidades no son simplemente accidentes del destino o falta de disponibilidad de recursos, sino el resultado de leyes, políticas y prácticas discriminatorias que dejan a grupos particulares de personas cada vez “más atrás”. De ahí la importancia de que existan políticas públicas alternativas robustas y progresistas que permitan contribuir a redistribuir eficazmente la riqueza y acabar con la desigualdad.
Para ello, es fundamental erradicar la pobreza y potenciar una transición social que acabe con las situaciones de exclusión monetaria, discriminación social y privación de derechos. En este contexto se torna fundamental fortalecer el sistema de protección social, mejorar su capacidad redistributiva, y actualizar los marcos normativos para que ésta llegue y sea accesible a todas y todos, especialmente focalizando las actuaciones en los colectivos de especial vulnerabilidad, como las mujeres, la infancia, jóvenes, las personas con discapacidad, la población gitana, la perteneciente a otros grupos étnicos, las personas sin hogar, o la población migrante y refugiada, entre otros colectivos en situación de exclusión social severa. Impulsar de manera efectiva y con celeridad políticas públicas que garanticen los derechos económicos, sociales y culturales es la mejor forma de no dejar a nadie atrás.
Tanto el lanzamiento del Ingreso Mínimo Vital como herramienta que facilite la transición de una situación de exclusión y pobreza a una inclusión real y efectiva en la sociedad, como la iniciativa de la campaña "es lo mínimo" para llegar a toda la ciudadanía a pie de calle y poder solventar las complejidades que la propia casuística de la prestación presenta, me parecen dos medidas innovadoras e imprescindibles para acabar con la pobreza, las desigualdades y avanzar como sociedad.
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